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Ser un buen juez

¿Qué características debe tener un buen juez? ¿Cómo distinguir un buen juicio? Este post no apunta a ser un ensayo formal sobre derecho sino una guía práctica de cómo emitir buenos juicios en la vida diaria cuando te toca ser árbitro de una disputa.


Compartiré una anécdota sobre arbitraje que recuerdo con risa y a la vez me dejó una importante lección. Una vez me tocó ser árbitro de un pequeño torneo de argolla india (si no saben qué es eso, no importa, no es relevante para la historia) en un campamento recreativo de adolescentes; yo trabaja de guía en ese campamento y era el líder de un grupo. Yo era el árbitro de todos los partidos, incluido el del grupo del cual yo era líder. Me esforcé en estar atento a cada jugada y emitir decisiones justas ante cada disputa que hubiera durante el partido, y sin embargo, el equipo contrario me acusó de estar inclinado a favor de mi grupo y mi propio grupo me acusó de estar en su contra. ¿Han visto eso alguna vez? Un partido en el que ambos equipos piensan que el arbitraje estuvo a favor del otro. Sólo puede entenderse de una forma: que no estuvo a favor de ninguno. Algo que fue relativamente injusto para todas las partes en una disputa, es absolutamente justo para todos.


Nuestra percepción de justicia va basada en que favorezca nuestra posición y nuestra forma de concebir al mundo. Uno de los ejemplos más clásicos y serios que hay es el de la justicia social. Algunos piensan que es justo imponerle tasas impositivas a las clases económicas media y alta para dársela a los pobres en forma de programas sociales gratuitos y en otros casos, prácticamente se les regala el dinero directamente. Otros pensamos que la gratificación económica debe estar de acuerdo al esfuerzo, a la constancia y la inversión, y es injusto quitarle parte de lo obtenido con su trabajo a algunos para dárselos a otros que, si bien en algunos casos nacieron bajo condiciones desafortunadas, en la mayoría de los casos no se esfuerzan lo suficiente o son derrochadores y no tienen visión a futuro para invertir lo que van ganando. En esta disyuntiva son las personas pobres las que generalmente defienden esa justicia social a lo Robin Hood porque ellos serían los beneficiados, pero si salen de la pobreza y suben en la escala socio-económica les empieza a molestar tener que pagar impuestos para que se mantenga a unos vagos que no se esforzaron en salir de la pobreza como estos hipotéticos expobres.


Volviendo al hilo principal: cuando alguien más toma decisiones las clasificamos justas o injustas dependiendo de si salimos beneficiados o no de ellas independientemente de si le conviene o no a la otra parte involucrada. Pero las decisiones en la que todos los involucrados sienten que la decisión fue injusta, muy probablemente fue justa para todos porque no favoreció a nadie en particular. Y seamos honestos, en la práctica es muy difícil, por no decir imposible, emitir juicios que dejen conformes a todos los involucrados, porque cada parte espera que la justicia se balancee hacia ella.


Como dije al principio, esto no es una cátedra de derecho, es sólo un consejo para ser árbitro en la vida diaria y no precipitarnos a decir que una decisión que nos involucra a nosotros fue injusta. Recuerda: si no es a favor de nadie, es justo para todos.

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